Convento de Huejotzingo:
Ex Convento Franciscano del siglo XVI
Visitamos el Convento
de Huejotzingo, y lo más impresionante del sitio es como está estructurado como
una cuadrícula, en el centro la cruz atrial y a partir de esta se sub-dividen
diferentes partes y zonas del convento. Su exterior es una combinación de
estilo plateresco mudéjar. En su atrio están las capillas posas construidas
hacia 1550, las cuales tienen en su decorado dos emblemas franciscanos: El
escudo de las cinco llagas del Señor y el cordón rematado por flecos, símbolo
del lazo que ató a Cristo para ser azotado y de los votos de la orden: pobreza,
obediencia y castidad. En sí el lugar destaca en el interior; como ejemplos
tenemos el decorado de piedra de la sacristía que forma una malla cuajada de
flores (el retablo central es del siglo XVI, obra del español Simón Pereyns).
En la sala de profundas hay una célebre pintura al fresco, con las figuras de
los primeros doce franciscanos que llegaron a la Nueva España (en 1524),
encabezados por fray Martín de Valencia. En el atrio de la iglesia conviene
detenerse a ver las capillas posas, construidas hacia 1550. Reciben tal nombre
por servir para posar al Santísimo en las procesiones, aunque también se
utilizaban como capillas de indios. A un lado del convento podemos observar el
cementerio, podemos identificar tumbas de fechas que datan desde el 1545 hasta algunas
más actuales. En nuestra opinión, el lugar está impresionantemente bien
conservado, desde las pinturas hasta el exterior, y nos encantó la experiencia
de entrar a un claustro tan luminoso e interesante; totalmente recomendado el
sitio.
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